miércoles, junio 23, 2010

Percas del Nilo en mi ciudad

El negocio de cajas está ubicado en una zona donde las balaceras, los levantones y los bloqueos de calles son comunes. Esta situación ha ayudado a que se eleven las ventas, pues a diario llega gente buscando cajas para meter sus cosas y cambiarse de ciudad o mudarse de país.

Cada que vienen, no puedo evitar sentir un poco de envidia, pues me gustaría estar en sus zapatos. Y es que no le veo otra solución mas que ésa: huir... o tirar una bomba que barra con todo y empezar de nuevo. Ya nos dimos cuenta que poner nuestro "grano de arena" siendo buenos ciudadanos no da ni buenos ni rápidos resultados, porque los granos de arena se ponen donde hay playa, no escolleras de piedras con bordes afilados.

No se huye por cobardía, simplemente se busca a los de una misma especie. Es como si viviéramos en una comunidad de negros o en un barrio de chinos siendo los únicos mexicanos, blancos que hablan español. No es que uno sea racista, pero ¿a poco no se sentiría extraño? Bueno, ahora imagínense vivir rodeados de criminales. ¿Cómo creen que se siente?

En Monterrey sucede lo mismo que pasó en el lago Victoria -allá en África- cuando introdujeron la perca del Nilo. El pez –de gran tamaño y enorme voracidad- se adaptó perfectamente a las condiciones del lago y arrasó en menos de 20 años con su ecosistema. Todo lo que hay en el lago Victoria es perca del Nilo. En la actualidad, el filete de este animal es un gran negocio para la Unión Europea, pues se vende como mero en cantidades industriales alrededor del mundo. Lo curioso del asunto es que, quienes viven alrededor del lago Victoria, se mueren de hambre. ¿Por qué acabar con algo que al principio fue un problema pero ahora deja tanto dinero en tan pocas manos?

El culto por lo material, la voracidad, los vicios y la ignorancia se instalaron en mi ciudad, se adaptaron a sus condiciones, impusieron las suyas y han arrasado con todo; generando jugosos negocios para muy pocos y muerte para muchos. No le veo otra solución más que huir… o tirar una bomba que barra con todo y empezar de nuevo.