martes, febrero 09, 2010

Las vergüenzas que pasa uno por ser de Monterrey (primera parte)

Alguna vez un hombre muy sabio dijo: “El nivel intelectual de una ciudad se mide en base a las estrellas de su televisión”. Fue entonces que los regiomontanos quedaron como los seres más tarados del universo. Ese hombre sabio fui yo: un regiomontano que se avergüenza de haber nacido en esta tierra... ¿y cuál es su pinche pedo?

De entre las “celebridades” que desperdician el valioso tiempo aire de las televisoras, está este puñetas. Parece ser un plomero… o un maistro... o un lavacoches… o un Chabelo parchado… ¡sepa la verga qué chingados sea!, pero se hace llamar –agárrense- El Chilinflas.


De entre todo lo triste que pude tener este personaje –gordo, feo, trabajar en una televisora local, etc.-, lo más triste de todo es que el “departamento de producción” aún no puede ingeniárselas para fabricarle un bigote falso decente, que no sea dibujado con pluma Bic o marcador Pelikan. Es más, todos los quinces de septiembre venden en las calles de todo el país bigotes falsos a 10 pesitos: por favor no sean culeros y ya cómprenle uno al pobre Chilinflas. ¿O me van a decir que dibujarle el bigote es parte de su personalidad mal hecha? Yo, que trabajé en ese canal de mierda un par de años, sé cómo están las cosas de jodidas y cómo son los “ejecutivos”, con su filosofía de no pagar sueldos a cambio de hacer famoso a cualquier pendejo. No dudo que ahora el tal Chilinflas se haya puesto sus moños y haya amenazado con irse "a otra televisora" si no le daban un sueldo jugoso. Y crearon un monstruo.

Pero ahí no para la cosa, queridos lectores. Este “simpático actor” tiene su contraparte femenina con la que -no conformes con dañar a la ciudadanía a través del televisor- hacen shows privados para fiestas infantiles. ¡Pobres de nuestros niños! La vieja se hace llamar Petra, y es una ñora gorda que se disfraza de sirvienta y habla como indita para parecer simpática. Darwin estaría orgulloso de este par de especímenes, miren nomás:


Imagino la junta entre los ejecutivos de la televisora al momento de “crear” a la tal Petra:

-Necesitamos un personaje con el que se identifiquen los regiomontanos –diría el más alto de los mandos.

-Ya sé –respondería el mero mero de los creativos-: una típica indita de San Luis que haga el aseo en una típica casa regiomontana.

-¡Uuuuf, genial idea! Nunca se me habría ocurrido. ¿Y cómo le ponemos?

-Mmmm… ¡Chayo!… No, Chayo no… ¡Chona!… mmm, no… ¡Ya sé!: ¡Petra!

-¡Auméntenle el sueldo a este cabrón de inmediato! -gritaría el más alto de los mandos.

Chaaale… se maman.

Otro “famoso” que convierte en mierda los tubos de rayos catódicos, es este ruco ex drogadicto y pedote que se dice “comediante”. Agarren aire, aguanten la respiración o pongan un bote de basura a lado pa´que avienten la "gomitada", porque las fotos vienen muy fuertes:



Cuando su carrera estuvo en picada, la cosa ésta tuvo que salir a decir al aire –entre lágrimas de arrepentimiento, ay, snif, y una conductora muy pendeja que creía estar tocando fibras sensibles con sus estúpidas preguntas- que era borracho y adicto a las drogas y que había perdido a su familia a consecuencia de eso. No sé si el güey sintió que sus declaraciones tendrían un impacto tipo The E True Hollywood Story, pero decir que eres –o fuiste- adicto a las drogas y al alcohol es lo más patético que puedes hacer para recuperar “tu carrera”; sobre todo cuando has tenido una carrera tan mediocre.

Después, el güey quiso limpiar su imagen y se puso -según él- muy mamado, se hizo cirugías plásticas -¡las cuales televisaron!- y se casó con una morra como 30 años menor -¡televisaron la boda!-- con la que ahora tiene un hijo. Y sí, adivinaron: ¡también televisaron cuando nació su hijo!
El "talento" del güey éste es disfrazarse de Tarzán y de jotito, decir albures malísimos como: “¿Te quieres pasear en lancha?” o “Tu camisa es rosa celeste” y tener un antro “de comedia” donde cada fin de semana cuenta los miiiiismos chistes sobados de siempre. Si traducimos el éxito en dinero y en que en país de ciegos, el tuerto es rey, ¡este hombre es exitosísimo! Es más, de tan trabajador que es, hasta de luchador andaba como el Mayito Bezares, que ya en vez de dar risa da lástima.

Una vez que lo critiqué en público, me dijo un amigo: "Pues ya quisieras ganar la lana que él gana". Con ese comentario reafirmé una vez más que en país de ciegos el tuerto es el rey, que hay gente que no le importa tirar su dinero y que tengo uno que otro amigo muy pendejo.

Y ya mejor le sigo otro día, porque si no, voy a agarrar un pinche cáncer de estómago de tantos corajes que estoy haciendo. Ahí luego les presento a otras de las “estrellas” que iluminan el firmamento televisivo de mi pedorra ciudad.