martes, diciembre 15, 2009

El asador y los calzones de Batman


Me compré un asador y ya me comen las ansias por usarlo (qué puto se escucha decir "me comen las ansias", ¿no creen?).

Me siento igual que de niño, cuando me regalaban sin pilas algún juguete que las necesitaba. Era horrible no tener baterías cargadas o de sobra en casa y tener que esperar hasta el día siguiente para comprarlas y poder jugar.

Recuerdo que una navidad un tío me regaló una ambulancia con todo y las baterías. Creo que él se emocionó más que yo al ver el juguete haciendo ruidos, prendiendo lucecitas y girando sobre el piso.
Ese tío sí entendía las cosas que son importantes para los niños.

Volviendo a lo del asador... Ya visualicé las pencas de nopal sobre la parrilla, las calabazas en rebanadas con tantita naranja y salsa de soya; los muslos de pollo con achiote, mostaza y pimienta chisporroteando y uno que otro ribeye goteando grasa.

Una de las baterías del asador, son las bolsas de carbón o leña. Ésas ya las tengo. La otra pila -la que falta- es una bola de tragones que se organice para desvelarse, apestarse de humo y quedarse callados contemplando el fulgor de las brasas anaranjadas cuando se acabe la cerveza en la madrugada...

Pasando a otra cosa, recibí unos calzones de Batman como regalo. Ésos ya vienen con las pilas incluidas. De hecho, las traen en el mismo lugar donde las tienen los trajes de los toreros, jejeje.
Y también ya me anda por usarlos, aunque nunca fui fan de Batman.