miércoles, octubre 21, 2009

Un milagro en mi ciudad, ay, qué emoción...

No sé si me esté volviendo muy mal pensado o nomás loco.

Hace cinco días una señora se robó a una recién nacida de un hospital de aquí de Monterrey. No es que dude que esto haya sucedido, pero es que los medios masivos hacen que todo parezca una pinche telenovela de muy bajo presupuesto con actores bien pedorros. ¿A quién creerle cuando todo el tiempo nos han engañado?

Durante los “días de angustia” –porque, según los noticieros, todo Nuevo León estaba angustiado con lo sucedido-, el padre de la niña se la pasó retando a la plagiaria en las televisoras y medios locales, cual vil luchador de tercera dando su patético espectáculo. “Te vamos a encontrar”, decía señalando hacia las cámaras; “no hay lugar dónde puedas esconderte”, advertía con sorprendente fluidez; “óyelo bien, mujer: me vas a devolver a mi hija”, “devuélvenosla ahora, para que podamos perdonarte”, eran algunas de sus frases, que parecían más ensayadas que salidas desde el fondo de su corazón.

Ayer en la noche, una denuncia anónima –de ésas que nunca sirven para ni madres- dio resultados y encontraron a la bebita.

La culpable ni siquiera pensó en vender sus órganos, venderla a alguna familia estéril o prostituirla en un futuro para salir de su miseria. Confesó que pensó en devolverla cuando vio el impresionante despliegue de medios en su contra, pero le dio miedo. Me sorprendió que una mujer en sus condiciones, que apenas puede mantener a sus otras 4 hijas, tenga ganas de alimentar una boca más. ¿Y cómo conseguirla?, ah, pues mediante un robo planeado por más de un mes y burlando la seguridad de un hospital que se pone bien mamón hasta con los familiares de los internos. Si lo que esta mujer quería era darle un gusto a su pareja, ¿no era más fácil embarazarse? Si lo que la policía quería era limpiar su mala fama y su imagen de huevones incompetentes, ¿no creen que es más honesto ponerse a jalar bien todos los días?

Total que Amandita –la niña robada- apareció y todos los medios de comunicación tuvieron un orgasmo y el padre de la niña se desmayó frente a un montón de reporteros que le preguntaban: “¿Cómo se siente, señor?”. La plagiaria también se desmayó cuando fue presentada ante las cámaras.
Insisto: no quiero ser mal pensado ni parecer un pinche loco, pero: ¿desde cuándo alguien que se desmaya o le baja la presión se lleva las manos al pecho? Eso parece más un infarto, ¿qué no? Muy curiosa técnica para desmayarse de ambos protagonistas de esta historia, pero en fin.

Algunos conductores de noticieros preguntaron a las autoridades si en realidad esa niña era Amandita; que si no cabría la posibilidad de un error, que si ya habían hecho pruebas de ADN y demás. Las autoridades dijeron que sí, que todo estaba en orden y bla bla bla. Órale. Y yo que pensaba que esas pruebas tardaban mínimo 24 horas y que, algunas, incluso hasta un mes (o al menos eso le han dicho a varios amigos). Pero bueno: así somos de rechingones en Monterrey y así soy yo de "indiorante", snif.

Para estas horas también ya habían entrevistado a la humilde niña de 13 años que supuestamente hizo la denuncia anónima que dio con la “robachicos”.
¡Ah, chinga!, ¿pos no que es denuncia anónima? Aaaah, bueno, pero es que hay que ver quién fue el héroe o la heroína del día, para darle sus 100 mil pesotes de recompensa, exhibirlo, dar su domicilio y todos sus datos para que al rato vayan a robarle el dinero… si es que existe tal dinero.

Lo más importante es que hoy todo es felicidad en mi ciudad: la policía es buena, las autoridades trabajan y los milagros existen.

¡Bienvenida, Amandita! Bienvenida a un país próspero para la delincuencia, el desempleo y la miseria. Bienvenida a un país que te recompensa bajándote el salario y aumentándote los impuestos, los servicios y los productos de primera necesidad. Un país en el que tus papis tendrán que trabajar de por vida -50 o 60 años- para tener “su casita”, "su carrito”, “su negocito” y “un terrenito” en el panteón; un país donde tú tendrás que hacer lo mismo si quieres tener "una vida normal" y un futuro que nunca ha existido.
Ah, pero nunca olvides que las crisis son OPORTUNIDADES, nena. Recuerda siempre eso, mantén tu mente positiva y agradécele al gobierno por darnos un montón de oportunidades año con año.